El Espíritu de Dios está insistiéndonos, como creyentes, en dejar de ser secundarios, darnos cuenta de quienes somos y tomar nuestro legitimo lugar. Quienes somos se relaciona directamente con Quien es Cristo, porque nos identificamos con El. Tenemos que volvernos lo que El es. Con El, somos todo, y sin El, somos nada. A través de El, podemos hacer todo, y sin El, no podemos hacer nada. Tenemos un futuro significativo solamente en Cristo. Consecuentemente, para descubrir quienes somos debemos descubrir Quien es El. Mientras más aprendemos sobre Cristo, más comprendemos nuestra potencial, nuestro propio futuro y nuestra propia identidad, porque está eternamente entrelazada con la de El.